Al menos dos defines han alegrado la mañana de este pasado domingo a los usuarios que se encontraban en el puerto de Bouzas. Los ejemplares se acercaron sin titubear a la costa en busca de la cercanía de las personas, especialmente de los niños.
Los testigos —una familia que navegaba en un barco de recreo y otra que se encontraba paseando por el pantalán— quedaron asombrados por la belleza y cercanía de estos cetáceos. Estos parecían disfrutar tanto del encuentro como aquellos.
Es frecuente observar a estos mamíferos sociables y juguetones merodeando por la zona. Este grupo de arroaces ya forma parte de la panorámica viguesa y, a pesar de que pueda resultar una experiencia común para la gente local, para muchos visitantes resulta una experiencia mágica e inolvidable.