No tiene camarotes, son estudios y apartamentos sobre el mar; tampoco pasajeros, son residentes propietarios. El «The World» es un crucero atípico y no es frecuente verlo en aguas viguesas. Este sábado hizo su entrada en la Ría con algo de adelanto sobre el horario previsto. Sol y calor acompañarán a sus especiales pasajeros durante los dos días que permanecerá amarrado en el muelle de Trasatlánticos de Vigo.
Los pasajes para navegar a bordo no están a la venta y los precios de los alojamientos pueden costar entre 1 y 6 millones de euros, sin contar el coste de cada viaje, los gastos a bordo o el mantenimiento.
Navega alrededor del mundo desde 2002 y los «propietarios» eligen cada dos años por votación el recorrido que harán. En esta ocasión el viaje comenzó en la Antártida, ascendieron hasta el Caribe, tocando Argentina, Uruguay y Brasil, y de ahí al Norte de Europa para descender a España. El pasado jueves arribaba a San Sebastián y posteriormente ponía rumbo a Vigo.
En la ciudad estará todo el fin de semana para desembarcar a parte de sus pasajeros y recoger a nuevos cruceristas. Está previsto que una treintena de ellos ponga fin a su viaje en Vigo y que otros sesenta se incorporen a la ruta que continuará hacia el Mediterráneo con parada anterior en Cascais (Portugal).
Durante su estancia en Galicia, tienen previsto realizar recorridos por Vigo, Cíes, Ons, Baiona y Santiago, incluido un tramo del Camino como si fuesen peregrinos, pero también visitas a bodegas del Baixo Miño para los interesados en descubrir los vinos de las Rías Baixas.
El «The World», que ya ha visitado Vigo en otras dos ocasiones, tiene 260 tripulantes y es habitual que en sus paradas a puerto recale al menos un par de días para que los pasajeros puedan realizar todo tipo de actividades.
A bordo, las residencias van desde los pequeños estudios hasta grandes camarotes de 400 metros cuadrados o un ático que puede dar alojamiento a 12 personas. Piscinas, boutique, campo de golf, pista de tenis y restaurantes para todos los gustos completan un barco que tiene residentes durante todo el año, pero que en la mayoría de los casos pasan tres o cuatro meses a bordo.