Jacobo Costas y Sesé Otero recibieron este semana una gran noticia por la que estaban esperando desde hace tiempo. El Consejo de Ministros aprobó el pasado martes, a iniciativa del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), el Real Decreto por el que se aprueba el reglamento de buques y embarcaciones históricas y sus reproducciones singulares. La nueva normativa supone un importante apoyo para aquellos buques con un alto valor cultural, como es el caso del «Hidria Segundo», único barco de vapor y máquina alternativa de España.
«Esperamos que esto sea impulso definitivo para que el barco pueda estar durante muchos años en Vigo», afirmaba este jueves Sesé. El nuevo decreto puede ser una tabla de salvación para este tipo de buques. Con la aprobación de esta norma, España se incorpora al grupo de países que prevén un trato específico a sus buques y embarcaciones tradicionales e históricas, poniendo fin al vacío que hasta ahora existía en nuestro ordenamiento jurídico en este ámbito.
Y es que el buque está a punto de concluir su puesta a punto para abrir al público en el centro de la ciudad, en la zona de Portocultura. Desde el pasado 6 de julio, cuando los armadores trasladaron el barco desde el Astillero Cardama hasta su amarre en Bouzas, ha sido sometido a trabajos de mantenimiento.
Tras dos meses de reparaciones, el «Hidria» espera ahora que la lluvia permita algunos retoques de pintura que faltan. En su puente, ya luce de nuevo el nombre de Vigo, el puerto en el que sirvió de aljibe en los años 60 del siglo pasado. Tras los esfuerzos de sus propietarios, la meta está ahora más cerca. «Estamos ansiosos para que luzca en Vigo, donde estamos seguros de que será un atractivo único que no existe en ningún lugar de España», añade Sesé.
Requisitos
El nuevo decreto aprobado por el Gobierno precisa las circunstancias que determinan la calificación como histórico, como el hecho de que la embarcación o buque esté incluido en el Inventario General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español o haya sido declarado de interés cultural, el tipo de construcción, su tecnología o la técnica artesanal empleada, su relación con actividades marítimas significativas de España, su pertenencia a alguna autoridad relevante o su intervención en algún acontecimiento de transcendencia histórica. La antigüedad del buque o embarcación también se toma en consideración.
Además, el reglamento implica la simplificación de la documentación que se exige a estos buques, así como el régimen de inspección y certificación que les es de aplicación. Por último, La norma finaliza con unas previsiones sobre ayudas y beneficios de los que podrán gozar.
Historia del «Hidria Segundo»
El «Hidria Segundo» fue construido en el astillero ya desaparecido José Roberto e hijos (Teis) entre los años 1963 y 1966, cuya finalidad inicial era la de servir de aljibe para la empresa Aljibes de Vigo para suministrar agua de manantial a mercantes, transatlánticos y pesqueros en la Ría de Vigo. El manantial estaba situado en la “Canteira de Meira” y la empresa tenía un muelle propio en las inmediaciones, donde el barco atracaba y cargaba hasta 240 toneladas.
La maquinaria de vapor la heredó de su antecesor el «Hidria», que comenzó a trabajar para la misma empresa en 1922 y se hundió en el mar en el puerto de Vigo en 1959, tras lo cual fue reflotado y desguazado, conservándose la maquinaria de vapor para ser instalada posteriormente en el nuevo barco, bautizado «Hidria Segundo». La empresa quebró en 1994 y dejó abandonados en el puerto de Vigo a sus dos últimos barcos, el «Roberto» y el «Hidria Segundo».
En 1997 se hundió en el Puerto de Vigo y fue llevado al desguace de Punta Lagoa donde el 6 de junio de ese mismo año, Jacobo y Sesé lo compraron para convertirlo en buque museo a vapor. Tiene una máquina de triple expansión alternativa de alrededor de 1910 que había heredado de su antecesor, el «Hidria», y también en buque de pasajeros.
Carpintero de ribera
Desde entonces se han enfrentado a una “pelea titánica” para mantener en buen estado el “Hidria Segundo” y para lograr que sea un punto de referencia para la cultura marítima de Galicia. Lo primero lo han conseguido a base de mucho esfuerzo y de largas temporadas en diferentes puertos de Galicia, principalmente O Grove, y del Mediterráneo, desde San Pedro del Pinatar a Denia o Puerto Sherry. Ahora, están ya más cerca del objetivo final en los muelles de Vigo.