Esta mañana, el histórico Hidria Segundo, el único barco a vapor operativo en España, ha abandonado su ubicación en Portocultura, Vigo, para dirigirse a los astilleros Cardama. Allí, durante las próximas cuatro semanas, será sometido a una importante puesta a punto que garantizará su conservación y pleno funcionamiento como buque museo y espacio para eventos.
Un símbolo de la historia marítima
El Hidria Segundo, construido entre 1963 y 1964 en el desaparecido astillero José Roberto e hijos, es un testimonio vivo de la navegación a vapor y de la historia marítima de la ría de Vigo. Originalmente diseñado como un aljibe, este barco prestó servicio durante décadas antes de iniciar un proceso de transformación liderado por sus actuales propietarios, Jacobo Costas y Sesé Otero, quienes trabajan incansablemente para convertirlo en un museo flotante.
Esta nueva etapa de reparaciones incluye trabajos clave como la revisión de su motor a vapor, limpieza, pintura y otras adecuaciones que buscan preservar su estado original. Astilleros Cardama han sido elegidos para llevar a cabo esta delicada intervención. Estos trabajos son esenciales para que el barco pueda continuar recibiendo a visitantes y realizar eventos en el puerto de Vigo.
La puesta a punto no solo garantizará la seguridad y funcionalidad del Hidria Segundo, sino que también asegurará que este emblemático buque siga siendo un recurso educativo y turístico de primer nivel.
Un futuro prometedor
Tras su paso por los astilleros, el Hidria Segundo, bajo el paraguas de Fundación Traslatio, regresará a Portocultura, su hogar actual, donde continuará con su misión de divulgar la historia marítima y tecnológica de los barcos de vapor. Esta puesta a punto no solo permitirá su conservación, sino que también lo convertirá en un atractivo lugar para eventos culturales, educativos y turísticos, consolidando su papel como un referente en la historia naval española.
El Hidria Segundo, un legado flotante
Con cada intervención, el Hidria Segundo reafirma su importancia como símbolo del patrimonio marítimo. Su historia, que incluye un hundimiento en 1997 y su posterior rescate y restauración, lo convierte en un testimonio de la resiliencia y el esfuerzo por preservar la memoria marítima.
Esta puesta a punto es un paso crucial para garantizar que futuras generaciones puedan disfrutar de este icónico barco y aprender sobre la época dorada de la navegación a vapor. El Hidria Segundo no es solo un barco, es un museo flotante que sigue escribiendo su historia.