El jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan, presidente de los Emiratos Árabes Unidos, tendrá muy pronto a su disposición su megayate «Azzam» con todos los nuevos caprichos. Tras cinco meses amarrado al Muelle de Transatlánticos, la embarcación de recreo más grande del mundo ha finalizado los trabajos de mantenimiento y reparación a los que fue sometido durante este tiempo. El coste total del «refit» no ha trascendido, pero en cualquier caso, las cifras son millonarias.
En los últimos días, tal y como avanzó VIGOÉ, fue instalada la torre de comunicaciones retráctil que le permitirá pasar bajo puentes y el barco ya está listo para partir. Según confirman fuentes de la Autoridad Portuaria de Vigo, el buque dejará el puerto a primera hora de este miércoles, día 1 de septiembre, y se dirigirá en principio al fondeadero de Cíes para realizar diferentes pruebas. Frente a las islas tiene reservada su recalada hasta la mañana del día siguiente.
El objetivo ahora es probar toda la nueva tecnología instalada en el buque. Si todo sale como estaba previsto y no hay contratiempos, el barco partirá definitivamente rumbo a Cádiz. En cualquier caso, mantiene también la opción de entrar otra vez al Muelle de Transatlánticos por si son necesarios nuevos ajustes.
Desde el 28 de marzo en la ría
El «Azzam» llegó a Vigo el pasado 28 de marzo. Amarró en el muelle de Trasatlánticos rodeado de una gran expectación y con el objetivo de realizar trabajos de mantenimiento y modificaciones durante tres meses. Tenía previsto partir de nuevo en julio, pero su dueño tiene todavía otro capricho por cumplir. El jeque ordenó realizar un cambio que considera fundamental: la torre de comunicaciones. Su altura le impedía el paso del barco por debajo de determinados puentes, por lo que encargó un sistema retráctil.
El astillero Freire Shipyard fue el encargado de completar la solución que pedía Jalifa bin Zayed y la empresa viguesa Ucalsa, de calderería industrial, fue la responsable de construir la torre. Este puente de comunicaciones incorpora un sistema retráctil de forma que ningún paso elevado, al menos los más importantes del mundo, podrá impedir el acceso del yate con su dueño y sus invitados.
Sistema antimisiles
No ha sido ni mucho menos la única petición del armador. A lo largo de estos cinco meses se realizó la puesta a punto en sus nuevos equipamientos de última tecnología. Para amarrar en esta zona del Puerto de Vigo, fue necesario realizar varios fondeos, de manera que el barco no está pegado al muelle, sino que se encuentra separados varios metros. Su llegada coincidió con la presencia en la ría del velero más grande del mundo, el «A».
Dadas sus dimensiones, 180 metros de eslora por 21 de manga y 4,3 de calado, no podía entrar en la dársena de Bouzas y tampoco acceder a la instalaciones de Freire. El buque cuenta con tecnología de defensa antimisiles y su suite principal está blindada y con ventanas a prueba de balas. Tiene también a bordo un submarino y un helicóptero.
32 nudos y 94.000 caballos
El «Azzam» fue botado el 5 de abril de 2013 en los astilleros alemanes Lürssen tras tres años de trabajo para su construcción. Puede navegar a una velocidad máxima de 32 nudos gracias a dos turbinas de gas y dos motores diésel con una potencia total de 94.000 caballos.
Con un coste estimado de 605 millones de dólares, este yate fue más caro que el anterior más grande del mundo, el «Eclipse», del millonario ruso Román Abramóvich. La construcción fue obra del ingeniero árabe Mubarak Saad al Ahbabi, mientras que los interiores son obra del diseñador francés Christophe Leoni y del diseño es de Nauta Yatchs.