Los Premios Mundiales a la Sostenibilidad 2022, que organiza la Asociación Internacional de Puertos (IAPH) y están considerados los ‘Oscar del Medio Ambiente’, han vuelto a fijarse en el puerto de Vigo, cuyo proyecto ‘Living Ports’ ha llegado a la final.
La categoría en la que compite en esta ocasión es la de Infraestructuras y se enfrentará a los puertos de Rotterdam (Países Bajos) y Vancouver (Canadá), los otros dos finalistas. Desde este lunes y hasta el próximo 18 de abril está abierta una votación popular online para que el público vote sus favoritos entre los tres proyectos finalistas por categorías.
La votación popular (30%), junto con el de la evaluación del jurado de expertos (70%), determinará conjuntamente los ganadores de los premios, que se entregarán durante la Conferencia Mundial de Puertos que tendrá lugar el próximo 17 de mayo en Vancouver.
El objetivo de ‘Living Ports’, financiado por la Comisión Europea, es reducir la huella de carbono y generar un cambio fundamental en las operaciones de la industria de infraestructura costera y marina buscando construcciones inclusivas con la naturaleza y con beneficios colaterales estructurales, ambientales y socioeconómicos.
En el puerto de Vigo se realizarán dos actuaciones, una de las cuales tendrá lugar en la dársena de A Laxe, donde se instalará un observatorio submarino diseñado por el astillero Cardama que servirá para contemplar la flora y la fauna existentes en el puerto de Vigo, que colonizarán las estructuras instaladas.
Este observatorio contará con 310 metros cuadrados y cinco estructuras ancladas a la pared del muelle que está diseñando actualmente la empresa israelí ECOncrete, y se completará con cuatro pantalanes flotantes y dos pasarelas de acceso.
Se trata de una herramienta de observación y monitorización con objetivos recreacionales, divulgativos, educacionales y también de concienciación ciudadana. El diseño se realizará a medida para optimizar la visibilidad del ecosistema y su relación con las infraestructuras portuarias.
La otra actuación que plantea el proyecto seleccionado para los ‘Óscar del Medio Ambiente’ tendrá lugar en la escollera de la terminal de coches de Bouzas, donde se instalarán un centenar de piezas de hormigón diseñadas con principios ecológicos-biológicos. El presupuesto total del proyecto asciende a 3,1 millones de euros, de los que la UE financia 2.484.293.