La pesca ilegal no declarada y no reglamentada supone la amenaza principal de la biodiversidad de los océanos. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), esta actividad engloba gran variedad de actividades pesqueras y se aplica tanto en alta mar como en los espacios nacionales, afectando a todas las etapas de la cadena de valor de la actividad pesquera, es decir, desde la captura hasta la llegada al consumidor.
El Acuerdo sobre Medidas del Estado Rector del Puerto (Amerp) es el primer acuerdo vinculante centrado específicamente en la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, para impedir que los buques que la practiquen desembarquen en los puertos pesqueros. Con el fin de fortalecer las capacidades de los cuerpos de inspección pesquera para el cumplimiento de este documento, la FAO ha creado dos centros de formación a escala global, uno de ellos en el puerto de Busán (Corea) y el otro en el de Vigo.
En este contexto, y durante tres semanas, el puerto olívico recibirá a 16 inspectores de Costa Rica, Cuba, Ecuador, Perú, Honduras, México, Uruguay y Panamá, que conocerán de la mano de expertos internacionales y de los equipos de la Xunta de Galicia y de la Secretaría General de Pesca, herramientas y prácticas que podrán aplicar en sus países en esta labor.
Este curso es la tercera actividad de este centro de formación, que acumula desde 2019 la participación de 48 inspectores e inspectoras de pesca de países de África y América Latina. Se espera que el centro de formación emplazado en el edificio de sesiones continúe trabajando activamente en los próximos años con la FAO, recuperando así la actividad que fue ralentizada por la situación previa de pandemia.
El curso fue inaugurado este lunes por la mañana por el presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Carlos Botana, el conselleiro do Mar, Alfonso Villares, la oficial de Pesca responsable de la formación en FAO, Alicia Mosteiro, y el jefe de Inspección de la Secretaría General de Pesca, David Poderoso.
Durante su intervención, el máximo responsable portuario, Carlos Botana, puso en valor la importancia del puerto pesquero de Vigo como un referente a escala mundial y, en este sentido, quiso transmitir a la FAO su agradecimiento y disposición “para compartir toda nuestra experiencia y aprender de la suya”, ya que “creemos en la cooperación, y en que ésta debe ser a nivel global y permanente”. “Solo si trabajamos juntos, en todos los niveles de control e inspección, desde el origen al destino de los productos, seremos capaces de contribuir a un océano sostenible y, por tanto, a una actividad pesquera viable que suponga un medio de vida para las personas que vivimos en las áreas marino-costeras”, ha señalado.
Por su parte, el titular de Mar, Alfonso Villares, defendió el trabajo ejemplar que realizan los profesionales del mar y de los puertos gallegos y calificó de completamente injusto que, de forma arbitraria, se ponga en duda la buena reputación que se han ganado tras décadas de duro trabajo. Según destacó, la flota gallega es consciente de que actuaciones ilegales ponen en riesgo el futuro de esta actividad, por lo que lo hace siempre de forma sostenible, responsable y respetuosa con los recursos marinos.