Laura y Juan, vigueses y jubilados, forman parte del selecto grupo de pasajeros que en la mañana de este miércoles pudieron embarcar en Vigo en el crucero de lujo británico ‘Queen Elisabeth’, con rumbo al Caribe, la costa oeste de EE UU y destino final Alaska. Sin duda, una aventura muy apetecible para la que solo era necesario disponer de dos requisitos: unos 5.000 euros por persona para abonar el barco y 42 días libres continuados para perderse por los mares del mundo.
Juan explica que son unos apasionados del mar y les gusta mucho hacer cruceros pero, por desgracia, siempre tienen que desplazarse a lugares como Barcelona o incluso Venecia para poder subirse al barco. Sin embargo, en esta ocasión todo ha sido mucho más cómodo. “Que salga desde Vigo es un lujo”, indica. “Hay que aprovechar porque viajar es una de las mejores universidades que existen”.
Por muchos viajes realizados, siempre quedan lugares por ver y Fernando Pazó y Nieves Táboas no quieren desaprovechar el tiempo. “Hace tres años hicimos la vuelta al mundo”, indican. Vigueses de más de 70 años, Fernando y Nieves embarcaron con la ilusión de pasarlo muy bien y disfrutar del barco porque “nos encanta viajar y el mar, sobre todo”.
Poco a poco, desde las 11 de la mañana y hasta las 13.00 h, fueron llegando los 38 pasajeros que partirían desde Vigo, sumándose así al grupo de británicos (1.370) que salieron de Southampton dos días antes y que pudieron disfrutar del buen tiempo de Vigo durante toda la jornada. A las 5 de la tarde estaba prevista la salida del “Queen Elisabeth” con 42 días por delante para disfruta de toda una aventura con todo lujo de detalles.
“Acabamos de venir de otro crucero por Dubai y estamos encantadas”, explican Ángeles García y María Consuelo Bermúdez, viguesas y amigas que no dudan en apuntarse a cuantos viajes pueden, sobre todo cruceros. “Es una comodidad, dejas la maleta y te olvidas”, indica Consuelo. “Además, los desayunos son fabulosos”, destaca Angélica.
«La ilusión de mi vida. Espero sobre todo vivir emociones»
Ilusionando y con ganas de vivir experiencias se mostraba Juan Búa, grovense, de 67 años, quien disfrutará solo la travesía. “Para mí es la ilusión de mi vida y que salga de Vigo es una maravilla”, explica Juan, deseoso de surcar los mares y conocer la costa del Pacífico. “Espero sobre todo vivir emociones, voy a emocionarme”, proclama muy animado Búa.
Más de 40 días a bordo de un crucero de lujo dan para mucho y a Elia Macías le servirán para celebrar un cumpleaños muy especial, puesto que cumplirá los 65 en medio del Atlántico. Aunque Elia y su marido Genaro Cobo, vigueses, ya han hecho algún crucero por el Caribe, destacan que este “es muy especial” por el itinerario elegido y están dispuestos a aprovecharlo al máximo.
Uno de los pasajeros más jóvenes que embarcaba ayer en Vigo procedía de Leiria (Portugal). Ricardo explica que viaja solo y quiere disfrutar de todo lo que ofrece el barco. “Quiero divertirme y disfrutar del viaje”, asegura. El joven luso no llegará hasta Vancouver, puesto que tiene familia en EEUU y prevé desembarcar allí.
“Ya no hay vuelta al mundo que me valga. Adoro viajar y siempre en barco”
Todo lo contrario que Susana Sendín, también portuguesa que vive en Vigo, quien ha planeado su regreso a Galicia para finales de agosto. Según explica, después de hacer el recorrido por los glaciares en Alaska, volverá en barco también a Barcelona para realizar otro crucero por el Mediterráneo, con regreso a Mallorca el 28 de agosto. “Ya no hay vuelta al mundo que me valga. Adoro viajar y siempre en barco”, dice Sendín.
Junto a los pasajeros ayer subió también en Vigo María Born, guía asistente que Mundomar Cruceros –empresa que gestiona en España los cruceros de Cunard- ofrece para ayudar con toda clase de gestiones a los turistas españoles en un barco cuyo idioma oficial es el inglés.
Con cinco años de experiencia como asistente en cruceros, María ha recorrido medio mundo: Sudamérica, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Sudeste asiático, el Báltico o las islas británicas figuran entre sus destinos ya realizados, pero nunca había llegado hasta Alaska. “Es un crucero muy especial, porque es la primera vez que sale desde Vigo. La escala estaba prevista pero Mundomar pidió convertirla también en embarque”, explica Born. La gestión de las excursiones a bordo, reservas especiales en restaurantes o la ayuda en emergencias sanitarias figuran entre las labores de esta guía asistente, cuyo trabajo implica estar disponible 24 horas al día a bordo. “Yo siempre estoy de guardia, pero la verdad es que los pasajeros se portan muy bien”, indica María.