La Ría de Vigo se convirtió en un refugio estratégico para varios buques de gran tamaño durante la madrugada del domingo al lunes, mientras la borrasca Bert azotaba las aguas del Atlántico con fuerza. Este puerto natural, reconocido históricamente por su valor como abrigo en condiciones meteorológicas adversas, recibió a cinco embarcaciones que decidieron fondear en sus aguas para protegerse del temporal.
Un refugio en medio del temporal
La borrasca Bert, con sus vientos huracanados y fuerte oleaje, obligó a las tripulaciones de varios buques a buscar un lugar seguro. La Ría de Vigo, gracias a su estratégica ubicación y características geográficas, se convirtió una vez más en el puerto natural elegido para protegerse de las inclemencias del tiempo. Las embarcaciones permanecen en el fondeadero, a la espera de que las condiciones mejoraran para continuar sus rutas hacia el norte de Europa. Cuando las aguas se calmen, estos gigantes del mar retomarán sus trayectos, dejando tras de sí la estampa donde la Ría de Vigo se ha convertido durante varias horas en su mejor aliada.
Gundem Serra, del Bósforo a los Países Bajos
El Gundem Serra, un barco de carga general con bandera de Panamá, navega incansablemente desde 2004. Con 95 metros de largo y 17 de ancho, transporta todo tipo de mercancías. En esta ocasión, viajaba desde Estambul hacia Vlaardingen, en los Países Bajos, cuando decidió hacer una parada estratégica en la Ría de Vigo para escapar de los peores efectos del temporal.
Polaris Liberty, el taxi de los vehículos
El Polaris Liberty, con su eslora de 140 metros y 22 de manga, es un portavehículos diseñado para trasladar coches, camiones y maquinaria pesada. Bajo la bandera de las Islas Marshall, su misión es conectar mercados automovilísticos de todo el mundo. Su parada en Vigo se presenta como una maniobra necesaria para proteger su carga de los estragos de Bert.
Helas, dos décadas de experiencia marítima
Con más de 20 años de trayectoria, el Helas es un veterano del transporte marítimo. Este buque de carga general, de bandera chipriota, mide 112 metros de largo y 15 de ancho, y sigue siendo un habitual en las rutas comerciales internacionales. Bert lo obligó a buscar un puerto seguro, y la Ría de Vigo cumplió a la perfección con esa misión demostrando que a pesar de sus más de 20 años de servicio, sigue siendo un activo confiable en la industria marítima.
Eurocargo Istanbul, titán del transporte rodado
El Eurocargo Istanbul, construido en 1998, con 195 metros de longitud y 25 de manga (uno de los más grandes en su tipo) es el más grande de los barcos que se refugiaron en la Ría. Especializado en transportar vehículos y maquinaria, este coloso de bandera maltesa viajaba de Salerno (Italia) a Avonmouth (Reino Unido) cuando el temporal lo desvió hacia Vigo. Un puerto estratégico para un barco estratégico.
Albiz, el representante español
De bandera española, el Albiz es un buque de carga general relativamente joven (cuenta con 15 años de operación). Con 100 metros de eslora y 16 metros de manga, realizaba una ruta hacia Liverpool cuando el temporal le obligó a buscar refugio en Vigo.
Friedrich Russ, una vez más en Vigo
El Friedrich Russ, otro destacado buque Ro-Ro, realizó su primer viaje de prueba entre Vigo y Liverpool hace más de 20 años. Ahora, una vez más ha regresado a Vigo tras más de dos décadas de servicio. Este imponente buque fue concebido para el transporte de vehículos y maquinaria pesada. El temporal en el Atlántico le llevó a posponer el inicio de su nuevo servicio regular para garantizar la seguridad.
Vigo, un refugio insustituible
Una vez más, la Ría de Vigo demuestra ser más que un puerto. Su geografía privilegiada y sus aguas tranquilas la convierten en el refugio ideal para las embarcaciones que enfrentan el peligroso Atlántico. Durante la borrasca Bert, cinco gigantes del mar encontraron aquí no solo un respiro, sino la certeza de que podrían retomar su rumbo con seguridad.
Cuando las condiciones meteorológicas mejoren, estas embarcaciones seguirán su camino, dejando atrás un puerto que no solo es seguro, sino también estratégico. La Ría de Vigo reafirma así su papel clave en las rutas marítimas del Atlántico.