La patronal Arvi, de armadores de Vigo, ha convocado una reunión este miércoles para analizar la «situación muy crítica» del sector pesquero por la escalada del precio del gasoil, que podría conducir incluso a un amarre temporal de la flota.
Arvi considera que hay una «enorme preocupación» y espera abordar en la reunión medidas para reclamar soluciones al impacto en cada segmento del sector pesquero, por lo que espera presentar propuestas al Ministerio del Agricultura, Pesca y Alimentación.
«Cuando se produjeron las manifestaciones por la subida del gasóleo, el litro estaba a 0,60 céntimos y ahora cuesta un euro», ha explicado a Efe el presidente de Arvi, Javier Touza, quien indica que en febrero de 2020 el precio era de 0,30 céntimos por litro.
La patronal de armadores de Vigo tiene una flota distribuida por los caladeros de varios países, pero la coyuntura es internacional de manera que el precio ayer en Irlanda era de 1,1 euros el lito y en las islas Malvinas se había disparado aún más, según Touza.
«Al subir el combustible, sube también el precio del transporte, y con un precio de 500 euros el megavatio los frigoríficos están asfixiados», afirma Touza.
Hay un «efecto acumulativo» y si a ello se le suma el transporte por carretera para llevar pescado fresco y congelado, se forma una «tormenta perfecta», advierte, y apunta que la escalada parece estar lejos de haber tocado techo.
«Hemos estado en la medida de lo posible soportando la cadena de estos sobrecostes pero no podemos continuar mucho tiempo así porque al final las cuentas de explotación no permiten mantener ese nivel de precios», advierte Touza, y asegura que al final estos costes se acabarán repercutiendo gradualmente en el consumidor, tal y como está sucediendo en la actualidad, con una inflación desbocada.
Entre las propuestas más extremas para contrarrestar la situación, figuran dejar a la flota temporalmente amarrada en puerto, una posibilidad que Arvi mantiene de momento alejada, aunque se aplique en otros lugares.