El «Azzam», el mayor megayate del mundo, llegó a Vigo el pasado 28 de marzo. Amarró en el muelle de Trasatlánticos rodeado de una gran expectación y con el objetivo de realizar trabajos de mantenimiento y modificaciones durante tres meses. Tenía previsto partir de nuevo en julio, pero su dueño tiene todavía otro capricho por cumplir y es probable que no diga adiós a Vigo hasta septiembre. El jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan, presidente de los Emiratos Árabes Unidos, ordenó realizar un cambio que considera fundamental: la torre de comunicaciones. ¿La razón? Sencilla. La anterior impedía el paso del barco por debajo de determinados puentes.
Y así, este 19 de agosto, una pontona arribó al muelle vigués con el nuevo «juguete» del emir. Se trata de una infraestructura adaptada a las peticiones del acaudalado armador. Este puente de comunicaciones incorpora un sistema retráctil de forma que ningún paso elevado, al menos los más importantes del mundo, podrá impedir el acceso del yate con su dueño y sus invitados.
Sobre la 1 del mediodía de este jueves, la plataforma amarró en Trasatlánticos para descargar la torre y comenzar la operación de montaje. El trabajo se realizará gracias a las dos gigantes grúas que fueron instaladas en el muelle desde la arribada del megayate «Azzam» a Vigo. El astillero Freire Shipyard ha sido el encargado de completar la solución que pedía Jalifa bin Zayed y la empresa viguesa Ucalsa, de calderería industrial, fue la responsable de construir la torre. El jeque árabe forma parte de la familia real de Abu Dabi, país que acogió a Juan Carlos I tras su marcha de España.
Sistema antimisiles
No ha sido ni mucho menos la única petición del armador. A lo largo de estos cuatro meses se realizó la puesta a punto en sus nuevos equipamientos de última tecnología. Para amarrar en esta zona del Puerto de Vigo, fue necesario realizar varios fondeos, de manera que el barco no está pegado al muelle, sino que se encuentra separados varios metros. Su llegada coincidió con la presencia en la ría del velero más grande del mundo, el «A».
Dadas sus dimensiones, 180 metros de eslora por 21 de manga y 4,3 de calado, no podía entrar en la dársena de Bouzas y tampoco acceder a la instalaciones de Freire. El buque cuenta con tecnología de defensa antimisiles y su suite principal está blindada y con ventanas a prueba de balas. Tiene también a bordo un submarino y un helicóptero.
32 nudos y 94.000 caballos
El «Azzam» fue botado el 5 de abril de 2013 en los astilleros alemanes Lürssen tras tres años de trabajo para su construcción. Puede navegar a una velocidad máxima de 32 nudos gracias a dos turbinas de gas y dos motores diésel con una potencia total de 94.000 caballos.
Con un coste estimado de 605 millones de dólares, este yate fue más caro que el anterior más grande del mundo, el «Eclipse», del millonario ruso Román Abramóvich. La construcción fue obra del ingeniero árabe Mubarak Saad al Ahbabi, mientras que los interiores son obra del diseñador francés Christophe Leoni y del diseño es de Nauta Yatchs.