Las malas condiciones de la mar en la costa gallega, con olas de más de seis metros y vientos que superaron los 100 kilómetros por hora, obligaron este fin de semana a una decena de buques a buscar refugio. La zona elegida por todos ellos fue, una vez más, el fondeadero de las Cíes, en la Ría de Vigo.
A última hora de este domingo, un total de nueve barcos se encontraban fondeados al abrigo del archipiélago vigués. Se trata del «Rysum», mercante de 81 metros de eslora con bandera de Antigua y Barbuda; el «Valentina», misma bandera y 95 metros de eslora; el «Las Palmas», portacontenedores de Portugal de 128 metros; el «Anna Lheman», carguero de 90 metros de Antigua y Barbuda; el «Viana do Castelo», de 88 metros de eslora y bandera de Ucrania»; el «Granat», carguero de Chipre de 113 metros; el «Wec Van Gogh», portacontenedores de Chipre de 134 metros; el «Pride», carguero de Gribaltar de 88 metros; y el «Hohe Bank», también carguero de Gibraltar de 86 metros.
Los nueve barcos fondeados este domingo en Cíes.
Por el contrario, en el conocido como Puerto Exterior de A Coruña, ni un solo barco buscó refugio y tan solo amarraba en sus muelles el remolcador «Sertosa Treintaidos», dejando de nuevo en evidencia lo que los técnicos advirtieron cuando se decidió construir la multimillonaria dársena en Langosteira.
El pasado mes de febrero, durante la visita al puerto coruñés de la exministra de Fomento, Ana Pastor, se confirmaba una nueva inversión de 132 millones. Y es que el “megapuerto” de A Coruña todavía no sirve para proteger a los barcos que buscan refugio, como queda demostrado, pero sigue sumando inversiones y supera ya los 700 millones de euros.
Mapa del Puerto Exterior de A Coruña, a última hora de este domingo, vacío.
El puerto exterior de A Coruña sigue inoperativo y está muy lejos de convertirse en el lugar de refugio con el que fue ideado en el año 2004 por el expresidente José María Aznar. Ya en 2013, la armadora Dockwise descartó Langosteira, donde tuvo problemas con la carga, y eligió la Ría de Vigo por seguridad, consciente de que no existía mejor lugar para evitar que se repitiesen los incidentes con el embarque del portaaeronaves «Adelaide» con destino a Australia.
Y cada temporal que cruza la costa gallega confirma la opinión de los técnicos que alertaron en su día de que no era viable un puerto en aquella zona. Este mismo fin de semana, con el paso de una borrasca, el fondeadero natural de las Illas Cíes recibió a nueve barcos que decidieron refugiarse del viento y del mar. Mientras, a 150 kilómetros al norte, ni un solo buque entró en Langosteira.