Vigo ha vivido días de auténtico frenesí marítimo esta semana, con una sucesión de visitas náuticas que han captado la atención de locales y expertos por igual. Desde superyates de lujo hasta buques militares y modernos ferries híbridos, pasando por un inesperado aumento en la actividad pesquera, las aguas viguesas han sido escenario de una confluencia única de glamour, tecnología y tradición.
Starfire deslumbra en Marina Davila
A principios de semana, el muelle de Marina Davila acogió al imponente Starfire, un superyate que destila opulencia en cada una de sus cubiertas. Construido en 2007 por el prestigioso astillero alemán Lürssen bajo el nombre en clave Proyecto Nemo, este coloso de 70 millones de euros llegó a Vigo tras una remodelación integral que ha elevado aún más su estatus como joya flotante. Con pabellón de las Islas Caimán y una longitud que impone respeto, el Starfire realizó un alto en la ciudad antes de zarpar rumbo a Gibraltar.
La historia del Starfire no es menos fascinante que su diseño. Originalmente encargado por el multimillonario estadounidense Warren E. Halle como parte de un trío de yates, este buque cambió de manos cuando los costes del proyecto personal de Halle, el Martha Ann, se dispararon. Posteriormente, pasó a ser propiedad del magnate Vasili Anisimov, quien renunció a su ciudadanía rusa tras la invasión de Ucrania en 2022. Hoy, este superyate está disponible para alquiler de lujo, ofreciendo a sus huéspedes una experiencia inolvidable en alta mar. Su paso por Vigo no ha dejado indiferente a nadie, consolidando a la ciudad como parada estratégica en las rutas de la élite náutica.
Daniela Morace, tecnología y sostenibilidad en pruebas
No menos destacado fue el paso del Daniela Morace, un fast ferry híbrido que ha recalado en la Ría para una puesta a punto en astilleros locales. Construido por el astillero español Armón Burela para la naviera italiana Liberty Lines, este buque de alta velocidad es el quinto de la serie Vittorio Morace y representa un hito en el transporte marítimo sostenible. Con un diseño vanguardista y una apuesta decidida por la reducción de emisiones, el Daniela Morace combina potencia y eficiencia, posicionándose como referente mundial en su categoría.
Su presencia en Vigo no es casual: la ciudad, con su larga tradición naval, se ha convertido en un enclave clave para la prueba y ajuste de embarcaciones de última generación. Durante su estancia, el ferry ha realizado maniobras que han permitido comprobar su rendimiento antes de entrar en servicio activo.
Una noche con el patrullero Tabarca P-28
La actividad náutica en la Ría no se limitó al lujo y la innovación. En la noche del viernes al sábado, el patrullero Tabarca P-28 de la Armada Española irrumpió en las aguas viguesas con diversas maniobras operativas. Este buque, diseñado para misiones de vigilancia marítima y protección de los intereses nacionales, es un viejo conocido de las costas gallegas pero no tanto de las Ría de Vigo, ya que su base se encuentra en Marín.
El Tabarca, con su silueta sobria pero imponente, realizó ejercicios que captaron la curiosidad de quienes disfrutan del espectáculo lunar por el entorno de la ría. Aunque su visita fue breve, dejó claro que las aguas viguesas son mucho más que un escaparate de yates de lujo: son también un enclave de relevancia militar y operativa.

Un banco de xarda y anchoa anima la pesca local
Como colofón a esta semana excepcional, la Ría de Vigo ha visto un aumento inusual en la actividad pesquera. Un banco de xarda y anchoa, atraído por las condiciones de las aguas, ha congregado a decenas de barcos que han sumado sus redes al habitual trasiego de embarcaciones. Este fenómeno, que ha coincidido con las visitas de alto perfil, ha devuelto a la Ría su esencia más tradicional, recordándonos que Vigo sigue siendo, ante todo, una ciudad marinera.
Las noches han sido especialmente intensas, con luces de barcos iluminando el horizonte y un ir y venir que ha dado vida a las aguas. Pescadores locales han celebrado esta inesperada abundancia, que no solo supone un impulso económico, sino también un guiño a la identidad de una ciudad que nunca ha dejado de mirar al mar.
Vigo, cruce de caminos en el Atlántico
La confluencia de estas visitas (el lujo del Starfire, la innovación del Daniela Morace, la autoridad del Tabarca y la vitalidad de la pesca local) ha convertido a la Ría de Vigo en un cruce de caminos único esta semana. Pocas ciudades pueden presumir de aunar en tan pocos días tanta diversidad náutica, desde el esplendor de los superyates hasta la funcionalidad de los buques militares y la tradición de las redes llenas de pescado.