Un fuerte episodio de marea viva ha causado graves problemas en el puerto de Vigo, donde el palangrero «Siempre Perla» ha sufrido una escora considerable, lo que ha requerido la intervención de varios remolcadores y equipos de emergencia. La situación se produjo en la dársena 4 del puerto, frente al punto de suministro de Cepsa, y se mantiene bajo vigilancia constante por la Autoridad Portuaria.
El incidente
El ‘Siempre Perla‘, un palangrero de 28 metros de eslora registrado en Burela, se encontraba en plena operación de carga de gasoil cuando la marea viva comenzó a causar problemas en el puerto de Vigo. Según los primero indicios, un fallo en el sistema de válvulas impidió que el combustible pudiera ser redistribuido al costado de babor, lo que llevó a un desequilibrio en el peso de la embarcación. Así lo ha explicado el presidente de la Autoridad Portuaria, Carlos Botana, «tocó parte del muelle y con la bajada de la marea fue aumentando la inclinación y el combustible se fue yendo hacia ese lugar».
A medida que la marea fue bajando, el casco del barco quedó atrapado en un escalón del muelle, lo que agravó la escora del barco. El ‘Siempre Perla’ lleva varias horas parcialmente hundido y con una vía de agua, mientras los remolcadores Sanmartin y otros equipos de la Autoridad Portuaria intentan evitar que el barco vuelque por completo.
Intervención y control
Desde las primeras horas de la mañana, el remolcador Sanmartin ha estado realizando maniobras para empujar el barco y evitar que la escora aumente. Además, la Capitanía Marítima y la Autoridad Portuaria de Vigo han desplegado barreras anticontaminación en la zona para contener posibles derrames de combustible. La situación es crítica, pero se espera que con el aumento gradual de la marea en los próximos minutos, el barco comience a estabilizarse.
La rápida actuación de los equipos de emergencia ha sido fundamental para mantener la situación bajo control y evitar un desastre mayor en el puerto. No obstante, la tensión continúa mientras los responsables esperan que el nivel del agua siga subiendo para reducir la escora del barco.
De la misma manera, Carlos Botana comentaba, pasado el medio día, que se habían superado los «momentos más críticos» ante el riesgo de hundimiento y se ha recuperado la estabilidad del pesquero. Ahora se monitorizará el buque para revisar que no haya daños. Para ello «se trajo a los remolcadores y a los barcos de amarradores para mantenerlo estable y esperar a la subida de la marea», a la vez que se trasladó combustible de babor a estribor.
¿Qué son las mareas vivas?
Las mareas vivas ocurren cuando la alineación entre la Luna, el Sol y la Tierra intensifica la fuerza gravitacional sobre los océanos, generando una mayor diferencia entre la marea alta y la marea baja. Este fenómeno se presenta con mayor intensidad durante la luna nueva o llena, y en ocasiones puede generar cambios drásticos en el nivel del mar.
Durante una marea viva, los movimientos verticales del agua son más pronunciados, lo que puede causar tensiones adicionales en las amarras de los barcos, dificultar las maniobras y aumentar el riesgo de encallamiento o colisión, especialmente en puertos con poca profundidad.
¿Cómo afectan las mareas vivas a los barcos atracados?
Estos son algunos de los efectos más comunes:
- Movimientos verticales: El nivel del agua puede subir o bajar varios metros, lo que genera estrés en las amarras y puede provocar que se rompan si no están bien aseguradas.
- Roce y desgaste: El continuo vaivén del barco contra las defensas del muelle puede causar daños tanto en el casco del barco como en las amarras.
- Dificultades para maniobrar: Las fuertes corrientes causadas por las mareas pueden hacer que las operaciones de atraque y desatraque sean más complicadas, incrementando el riesgo de incidentes.
- Riesgo de encallamiento: En zonas con poca profundidad, las mareas bajas extremas pueden hacer que un barco quede encallado.
- Riesgo de colisión: Si las amarras fallan, el barco podría colisionar con el muelle o con otros barcos cercanos.