Vigo ha sido una de las diez ciudades elegidas por la Guardia Civil para incorporar a su dotación un nuevo dispositivo para realizar inspecciones en los cascos de los barcos a través de un visor submarino.
Se trata del modelo de dron Gladius Mini S, que incorpora una cámara 4K UHD, tiene una autonomía de seis horas y puede sumergirse hasta los 100 metros, a una velocidad punta nada desdeñable de cuatro nudos.
Los agentes Santiago y Antonio son los encargados de su manejo y para ello recibieron una formación en Valencia, aunque admiten que todavía se están acostumbrando a los desafíos que ofrece el nuevo «juguete», que operan a través del móvil o una tablet y que está sujeto al otro extremo de un cable amarillo.
Pesa unos cinco kilos y su funcionamiento es muy sencillo, con un joystick al que se acopla una tablet y que permite ver y grabar lo que el dron ve bajo las profundidades.
«Es un funcionamiento muy intuitivo pero tiene sus complicaciones. Tenemos que estar muy pendientes para no perder la posición del dron y la transmisión empeora a mayor profundidad», explican mientras preparan el aparato para ofrecer una demostración de su funcionamiento bajo el agua. «Hace unos años nos habría resultado más sencillo», bromean haciendo referencia al hecho de que su manejo se asemeja al de un videojuego.
Los nuevos drones submarinos permitirán realizar un mayor número de inspecciones en los cascos de los barcos complementando así la función que desarrollan las Unidades de Análisis e Investigación Fiscal y de Fronteras de la Guardia Civil (UDAIFF).
Estas son las encargadas de realizar los análisis de riesgo en las fronteras que permitirán desplegar dichos equipos allí donde sea necesario, y la de los GEAS, Grupo Especial de Actividades Subacuáticas, que pasarían a actuar cuando se derive la necesidad tras el uso de los drones.
Su versatilidad permite un abanico mucho más amplio de posibilidades, como la búsqueda de personas desaparecidas bajo el mar, barcos o vehículos, tarea para la cual el equipo encargado de su funcionamiento se desplazó hace un par de meses a Sanxenxo, para colaborar en la búsqueda de un vehículo que había caído accidentalmente desde el muelle de Portonovo y en el que falleció una persona. El cuerpo de la persona apareció flotando entre las embarcaciones, pero el coche se sumergió por completo y para localizarlo se pidió el apoyo del nuevo dispositivo. Finalmente no fue necesario ya que los buzos hallaron fácilmente el coche.
Precisamente, una de las razones de la adquisición de estos equipos es liberar de trabajo y dar cobertura a las unidades de buceo GEAS ya que permite realizar en apenas unos minutos la inspección rutinaria de un barco por si lleva acoplados bajo el casco fardos de droga. Pueden estar, explican, sujetos al ancla o a la quilla, o adheridos al propio casco, tratando de pasar desapercibidos.
En el caso de que se encuentre algo sospechoso, explican los agentes de Vigo, se daría aviso a los GEAS para que completasen la intervención.
Y es que aunque la mayoría de las revisiones en busca de alijos de droga se realizan a bordo de los buques y en el interior de los contenedores, el dron permite extender las inspecciones hasta el casco sumergido del barco, reforzando por tanto la seguridad en las fronteras exteriores frente a todo tipo de amenazas y de manera singular contra el tráfico de drogas.
En el caso concreto del Puerto de Vigo, el incremento del tráfico con puertos de Sudamérica y Centroamérica en los últimos meses ha obligado a reforzar los controles para evitar la entrada de droga.
De hecho, hace apenas diez días, la Policía Nacional intervino un alijo de una tonelada de cocaína camuflada en el interior de melones y de envases de zumo procedentes de Sudamérica y que ya habían sido descargados en el puerto de Vigo y en el portugués de Sines.
Este dispositivo permite también incrementar la protección portuaria y del tráfico marítimo con reconocimientos orientados a la seguridad. De hecho, la unidad de Vigo encargada de su funcionamiento ha recibido ya varias solicitudes por parte de empresas para ver cómo es el funcionamiento del dron para adquirir uno similar con el que revisar bajo el mar los cascos de los barcos de su flota.
Recientemente, además, también recibió una petición para buscar un barco de recreo que se había hundido en O Grove. «Ofrece muchas opciones y uno de los inconvenientes que vemos es el que tienen todas las búsquedas bajo el mar, y es que es inmenso y resulta muy laborioso», remarcan desde la unidad de Vigo.
Diez aparatos en otras tantas localidades costeras
Además de Vigo, los drones han sido repartidos en las Unidades de Fiscal y de Fronteras de la Guardia Civil de Valencia, Barcelona, Bilbao, Málaga, Algeciras, Puerto de la Luz, Santa Cruz de Tenerife, Alicante y Santander.
La adquisición de estos equipos ha sido sufragada al 80% dentro del marco del programa de ayudas EUAF 2021 (Union Anti-Fraud Programme) de la OLAF de la Unión Europea y el 20% restante por la Guardia Civil.