La Estación Marítima homenajea desde este sábado a los repatriados de la Guerra de Cuba, gracias a un conjunto escultórico, obra del artista vigués José Molares. Concretamente, la figura está ubicada en los jardines anexos a la Estación Marítima, junto al reloj de sol. El presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo, Enrique C. López Veiga, descubrió la escultura, en un acto sencillo debido a las restricciones establecidas como consecuencia de la pandemia por coronavirus.
El grupo monumental titulado «Siempre Benéfica» es un homenaje a la gesta solidaria de la ciudad de Vigo con los soldados repatriados de la Guerra de Cuba. Así, la obra representa a un soldado repatriado asistido por una viguesa en un gesto solidario. El soldado se encuentra sobre un baúl de la Cruz Roja, institución que participó muy activamente en este episodio tan singular para la ciudad. Como novedad, este conjunto escultórico de 2,5m. de ancho por 2,20m. de alto y 1,50m. de fondo, permitirá que la gente pueda subirse a su peana, al estar montado sobre una base de granito del país que permitirá un fácil acceso a la escultura para poder visitar la obra desde el mismo plano.
Por otra parte, la Autoridad Portuaria de Vigo ultima una exposición sobre esta gesta solidaria que tendrá lugar a finales de año. La exposición se llevará a cabo en la propia Estación Marítima, con el fin de dar a conocer los hechos históricos y los valores ciudadanos que se manifestaron en Vigo en el contexto de la Guerra de Cuba. El jueves se procedía a la apertura de ofertas para la adjudicación del Comisariado, Producción, Montaje y Desmontaje de la muestra, a cuya licitación se presentaron un total de tres empresas. Tras el estudio de las diferentes propuestas presentadas, en los próximos días será adjudicada.
Esta exposición será la primera actividad prevista en la sala de exposiciones situada en el edificio, tras ser recuperada por la Autoridad Portuaria de Vigo, después de estar concesionada durante los últimos años a una empresa. Vigo fue una de las ciudades elegidas para recibir a los soldados repatriados de la guerra, una vez firmada la capitulación de España frente a Estados Unidos el 12 de agosto de 1898, y se enfrentó de modo directo con la cara más cruel de una derrota que tuvo profundas repercusiones para nuestro país.
Hacia el puerto vigués se dirigieron los buques «Isla de Luzón», «Villaverde», «Cheribón», «Leon XIII», «San Francisco», «Puerto Rico» y «Montevideo», con más de 7.400 soldados a bordo. La larga travesía oceánica que los militares agotados, heridos o gravemente enfermos realizaron en condiciones extremadamente penosas, sin apenas alimentos ni agua, fue calificada por la prensa local como “expedición de la muerte”.
El alcalde de la ciudad, López de Neira, se había preparado para recibir a las tropas: se adaptaron los almacenes del puerto, se amplió el Hospital Militar y se habilitaron como hospitales provisionales el cuartel del castillo de San Sebastián y las Escuelas Públicas del Arenal, pero no fue suficiente para atender a tantos soldados.
Ante la magnitud del problema, se hizo un llamamiento a los vigueses y la ciudad se volcó en ayudarles. Muchos de los hombres que no necesitaban hospitalización fueron acogidos en domicilios particulares. Se recogieron grandes cantidades de dinero en donativos a la Cruz Roja (fundada en Vigo un año antes), que fueron de gran ayuda para el sostenimiento del pequeño hospital de campaña para primeros auxilios que, desde el primer momento, se instaló en los muelles con personal voluntario.
Este extraordinario comportamiento cívico, hoy casi olvidado, ha quedado reflejado en el lema que acompaña al escudo de Vigo: «Fiel, leal, valerosa y siempre benéfica Ciudad de Vigo». Los títulos de “Fiel, leal y valerosa”, le fueron otorgados por los acontecimientos vividos durante la Guerra de la Independencia. Esta exposición pretende reivindicar el título de “siempre benéfica”, concedido a la ciudad en 1.900 en reconocimiento al comportamiento de los vigueses a los soldados retornados de la Guerra de Cuba.