En algunos casos es la única familia que acompaña a sus dueños durante el día y durante la noche. Se les cuida y se les mima igual que si fueran seres humanos. Este perro de la fotografía, seguramente cansado de un largo paseo, va subido al carro que empuja su dueña camino de casa, donde le espera una buena cena y mucho cariño, porque para tener animales domésticos hay que estar dispuesto a respetarlos y a cuidarlos, y cualquier otro comportamiento irresponsable o violento merece un buen castigo.