La esperanza siempre está presente en la mente de todos. Los artistas callejeros, como es el caso de este mimo en la Rúa do Príncipe, de Vigo, deseando, sin duda, la colaboración de los transeúntes reconociendo su arte, muchas veces incomprendido. Y los fieles que han acompañado al Cristo de Victoria en su procesión, manifestando su fe y cumpliendo las promesas por los favores concedidos, y seguramente solicitando, también, alguna gracia.
Siempre hay alguna esperanza, incluso en las personas no creyentes. Pero no basta con desear y pedir, también hay que poner algo de esfuerzo personal. Quizá por eso sigue vigente, aunque sólo sea de modo coloquial, el dicho aquel de “a Dios rogando…”