De unos años a esta parte, miles de personas de todos los rincones del mundo, incluyendo países tan distantes de Galicia como Japón, China, Australia o Nueva Zelanda, recorren el Camino Portugués por la Costa en dirección a Santiago de Compostela, algunas por religiosidad y la mayoría por puro turismo. Fue promovido con empeño personal y desinteresadamente por Luis Martínez Portela, un vigués de nacimiento que aprovecha el tiempo de su jubilación para aportar sus conocimientos y su trabajo en beneficio general.
Quienes lo conocen de cerca coinciden en su carácter generoso y que siempre está dispuesto a ayudar a todo el mundo, una persona muy cercana en el trato y con un lenguaje directo y sin ambages, muy comprometido y con un espíritu crítico forjado a lo largo de años, con una dilatada experiencia laboral como ingeniero de Telefónica. Muy familiar y amigo de sus amigos, trabajador incansable en favor del Freixo, barrio vigués donde vive y del que fue alcalde y para el que consiguió, entre otras cosas, el servicio del autobús urbano —Vitrasa—, la apertura y el asfaltado de los caminos, el teléfono, el agua de la traída, y, en colaboración con los vecinos, el cierre del vertedero de basuras de Matamá y el del Zondal. Y le gusta que lo identifiquen como Luis do Freixo.
Luis Martínez Portela, Luis do Freixo, después de promover el Camino Portugués por la Costa, ahora está dedicado a la puesta en marcha de la Vía Mariana, un proyecto muy complejo e interesante que recupera y difunde la historia y el patrimonio de muchas poblaciones de Galicia y el norte de Portugal, que dinamiza el rural favoreciendo la creación de puestos de trabajo, y que involucra a una asociación creada al respecto (Asociación Vía Mariana) y a diferentes instituciones.
– Luis, ¿qué es la Vía Mariana?
– Es un extracto de todos los caminos marianos de la Galaecia, lugares de peregrinación donde se va a pedir milagros. Cada santuario mariano de Galicia tiene en su entorno una serie de caminos de romería, de peregrinación, pero la tradición galaica de peregrinación no es un camino de larga distancia, como sería la romería de ir a Roma, que es de donde viene el nombre de romería. Ni tampoco es como el camino de Santiago, que en realidad es ajeno y no es una tradición galaica porque Santiago es un santo militar, un guerrero, y el pueblo gallego nunca ha ido a Santiago a pedir milagros, en cambio, va todos los años a los santuarios marianos de toda Galicia a pedirlos. En esos santuarios marianos primero se va a pedir y luego se vuelve para agradecer.
– ¿Dónde comienza la Vía Mariana?
– Comienza en Braga, que históricamente fue durante siglos capital de la provincia romana Galaecia, que abarcaba el norte de Portugal y Galicia. El mundo galaico evoluciona a lo largo de los siglos desde un sistema castrexo. Después de los romanos aparece el primer reino de Europa como monarquía, el reino de los suevos, pero una monarquía que no era hereditaria, sino electiva, y que da lugar al derecho germánico. Por eso en la ciudad de Vigo persisten los caminos antiguos, porque prevalece el derecho público sobre el privado, en cambio, en el derecho romano es al revés.
– ¿En qué consiste este trabajo?
– Primero localizamos los santuarios marianos desde Braga, la capital religiosa de la antigua Galicia, que es muy interesante porque la catedral de Braga está edificada sobre un antiguo templo de la diosa Isis. Esto es algo que suele ocurrir en la religión católica, que muchas construcciones religiosas están levantadas sobre antiguos templos paganos. El hecho de la maternidad es muy importante en el culto galaico. Primero fue una diosa pagana, la madre de todos los dioses ejipcios, y ahora es la madre de Dios hecho hombre. Desde Braga e incluso desde Sameiro, que es un santuario portugués mas moderno y dedicado a María, seleccionamos unos trayectos por los caminos más antiguos, primero en dirección a Braga y después desde Braga en dirección al santuario de A Peneda, que es el siguiente en dirección norte. Nosotros lo que buscamos es un camino de 18 días de duración, 18 etapas que en su conjunto vienen a ser como un museo con 18 salas, puesto que cada etapa es una sala llena de historia y de patrimonio.
– ¿Por qué en dirección norte y no hacia el sur?
– En realidad es un camino bidireccional. Se puede recorrer como se quiera. Pero se pretende que el inicio sea en Braga.
– ¿Esos caminos ya existían?
– Existían para el pueblo, pero no de un modo oficial. La idea es hacer un camino de largo recorrido con este tipo de advocaciones marianas, que es la esencia de la religiosidad del pueblo gallego, que por muy cristianizado que esté sigue siendo de un paganismo brutal. Pongamos por ejemplo A Franqueira. Allí se dan siete vueltas al altar barriendo con una escoba hacia afuera y también se pasa por debajo de la imagen. O el caso de A Lanzada, donde es preciso saltar sete ondas. Son costumbres muy antiguas, tradiciones que incluso vienen del Neolítico, pues en aquellos tiempos la gente acudía a lugares mágicos donde se producían lo que llamamos milagros, con fuentes milagrosas que curaban la ceguera o que curaban enfermedades de la piel. Y siguen en activo.
– Usted fue el precursor de esta idea de la Vía Mariana. ¿Trabaja usted solo?
– La puse en marcha, pero necesitaba ayuda y ahora existe una asociación, la Asociación Vía Mariana, formada por un conjunto de personas que trabajan en este proyecto, además de comunidades de montes, Asociaciones de Vecinos, Centros culturales. Y ahora Concellos y Deputaciones.
– ¿La Vía Mariana es algo exclusivamente religioso?
– Es más bien algo cultural. Cada persona camina con su propia fe. En la actualidad esos santuarios son cristianos, pero antiguamente no lo eran. Originalmente correspondían a una religiosidad llamada pagana que ocupa un tremendo espacio en la Santería Galaica.
– ¿Cómo surge la idea de revitalizar o de establecer una Vía Mariana?
– Cada año, por ejemplo, acuden en peregrinación al santuario de A Franqueira unas 40.000 personas. Estamos hablando de gente de las aldeas del entorno. Es decir, la gente de las grandes ciudades casi no participa en estas cosas. Es una masa enorme de gente que responde a una tradición muy implantada en el pueblo de Galicia. Y a la vista de esa realidad surge la necesidad de seleccionar una linea de peregrinación.
– ¿Existe algún paralelismo o coincidencia con el Camino de Santiago?
– La Vía Mariana puede pasar en algún momento por Santiago de Compostela, pero no en el sentido jacobeo, sino porque en Santiago también hay santuarios marianos, e incluso más al norte. La idea es comenzar en Braga, la capital espiritual de Galaecia, y terminar en el santuario del fin del mundo, en Muxía, basado en creencias célticas.
– ¿Cómo fue surgiendo el proyecto del Camino Portugués da Costa?
– La idea fue desarrollándose a partir de la documentación de Amigos de los Pazos. López Chávez, junto con el cronista oficial de Tui, documentaron el camino de la costa, o Camino Monacal. La Federación Eduardo Chao tomó el proyecto, y junto a la Asociación de Vecinos de O Freixo fuimos convocando asociaciones Jacobeas y Concellos galegos y Portugueses hasta llegar a la declaración de Oia de 2009. El albergue de peregrinos de O Freixo fue el primero en el concello de Vigo. Junto con el Albergue Municipal de A Guarda, Mougás, y las Damas Apostólicas de Nigrán, pasando de 5 peregrinos que llegaron en 2010 hasta los 45.000 de hoy.
– ¿Qué beneficios que puede generar la Vía Mariana?
– Tiene un patrimonio brutal que hay que preservar y dar a conocer. En cada etapa de la vía catalogamos sus elementos patrimoniales. Son 400 en total. Los santuarios funcionaban como faros espirituales e incluso de orientación náutica, porque en el caso de A Franqueira, que se ve desde el mar, recibe desde muy antiguo la devoción de las cofradías de pescadores de Redondela y Bouzas. La Vía Mariana favorece la difusión de esa historia y de ese patrimonio. Además, propicia la creación de albergues y la creación de puestos de trabajo en zonas que han quedado desertizadas.
– ¿Prevé usted una llamada de gente similar al Camino de Santiago?
– No. Porque es un camino muy duro, muy duro. Todavía hay muy pocos centros de acogida. La señalización es precaria y el mantenimiento también. Cuando comenzó el Camino de Santiago tampoco tenía la estructura que tiene hoy. Los primeros peregrinos venían en unas condiciones tan difíciles como las que hoy existen en la Vía Mariana. En el Camino Portugués da Costa ya existe un apoyo logístico, pero en la Vía Mariana todavía no.
– Suponemos que usted ya recorrió la Vía Mariana.
– Entera, andando o en bicicleta, muchas veces para buscar pasos alternativos. En algunos casos los caminos eran los mismos por donde se hacía el contrabando, porque esos caminos antiguos cruzan de sur a norte la antigua Galaecia, y en algunos casos podrían haber sido caminos de los monasterios. Eran los grandes caminos que utilizaban los caminantes, los arrieros, y los contrabandistas para el comercio.
– ¿La Vía Mariana pasa por el Couto Mixto?
– El Couto Mixto fue el gran centro de contrabando de Galicia. Se dice que las mejores sedas que se vendían en Barcelona venían desde Lisboa a través del Couto Mixto, Santiago de Compostela, etc. El camino desde el Couto Mixto va siguiendo el cordal de las montañas que separan las provincias de Ourense de la provincia de Pontevedra. O sea, lugares muy difíciles de controlar. En esos lugares también hay asentamientos judaicos, muy antiguos, que también funcionaban como centros de contrabando. Y la Vía Mariana pasa al lado. En el cordal de la montaña la soledad es absoluta y está lleno de patrimonio arqueológico, pero la persona que peregrina no tiene absolutamente nada, salvo la compañía de los lobos, que los hay. Sin embargo, los santuarios están en el valle. Son los caminos de los arrieros.
– ¿Tienen ustedes algún tipo de ayuda institucional o privada para realizar este trabajo?
– Hemos comenzado a trabajar con las comunidades de base: las comunidades de montes y las asociaciones de vecinos, y estamos creando centros de acogida. Por ejemplo, en Vimianzo ya existen dos y en la Cañiza uno. Poco a poco vamos avanzando. Pero necesitamos ayuda de las instituciones.
– ¿Y qué les diría a las instituciones públicas?
– Nosotros no somos capaces de mantener este ritmo: trabajos de desbroce, señalización, creación de albergues…, etc. Nos hemos dirigido a los ayuntamientos, pero en términos económicos están bastante precarios. Hemos conseguido llegar a las diputaciones provinciales y, entre ellas, a la de Pontevedra, que nos ha prometido todo su apoyo. La de Pontevedra nos ha ofrecido ir a Fitur el año que viene, y cosas por el estilo, pero en realidad a nosotros nos interesa más que se implique con los municipios, es decir, que generen líneas de financiación de los trabajos necesarios para crear albergues, para limpiar los caminos y señalizarlos. Son las tres cosas imprescindibles para que la Vía Mariana sobreviva cuando nosotros no estemos.
– Usted es el autor de la guía de la Vía Mariana. ¿En qué consiste este trabajo?
– Yo soy el que desarrolla la información, no solamente de itinerarios sino también del patrimonio. La Vía Mariana engloba una cultura tremenda y el contenido publicado en la página web es una auténtica enciclopedia que mediante aplicaciones GPS y PDF interactivos informa al caminante no sólo de los itinerarios, sino también de la documentación referente al Patrimonio. La Guía de la Vía Mariana, a través de códigos QR, mapas sencillos y perfiles, enlaza al peregrino con toda esta información que no podría contenerse en un librillo de 80 páginas.
– ¿Dónde se puede conseguir esa guía oficial de la Vía Mariana?
– En la tienda de Amazon.
– En definitiva, ¿cuál es el objetivo de la Vía Mariana?
– Revalorizar el patrimonio de todo tipo que hay en el interior de las provincias: patrimonio religioso, arqueológico, urbanístico… Poner en valor todo ese patrimonio, revitalizar la economía de esas aldeas a través de un camino de peregrinación. Precisamente, a la zona que atraviesa la Vía Mariana le llamamos “el desierto verde”, porque son aldeas que van quedando sin gente, despobladas. No tienen ninguna incidencia económica, no tienen medios de subsistencia, no tienen acceso a cosas como internet, o lo tienen muy malo. A través de la Vía Mariana pretendemos revitalizar y dinamizar “el desierto verde”.
– ¿Qué espera obtener a cambio de tanto trabajo?
– Un descanso eterno. Un maravilloso descanso eterno.
– ¿Merece la pena?
– A mí me gusta.