Cierto que no resulta fácil controlar todos los vehículos que están en las mismas circunstancias y cierto es, también, que la grúa municipal ya se encarga de ir retirando los que notoriamente y justificadamente están abandonados. En el caso de la fotografía se observa un pequeño coche que lleva mucho tiempo aparcado —bien aparcado, por cierto— en una calle principal. No sería sospechoso si no fuera porque ya tiene síntomas de abandono y una rueda pinchada. Alguien ha pintado una marca de pintura en su rueda delantera coincidiendo con otra marca en el asfalto, así será fácil saber si alguien lo mueve. ¿Corresponderá ese ingenioso control a los amigos de lo ajeno?