Algunas de ellas conllevan mayor peligro cuando se trata de conducciones eléctricas, pero tampoco son menos importantes las relativas a las comunicaciones, como la que muestra esta fotografía: los contactos están al aire y al alcance de cualquiera, y el óxido y la suciedad demuestran que no se trata de una instalación que lleve poco tiempo en ese estado. Quizá incluso se trate de una caja de conexiones que ha quedado abandonada. De cualquier modo, la instalación plantea inquietud, tanto por el peligro que conlleva como por la imagen penosa para la propia empresa que facilita el servicio y su conservación. No debiera consentirse.