Esta pequeña miniatura tiene, en cambio, un enorme significado. Se trata del carné de “Amigos de la República Española” en la República Argentina, en el año 1938, en plena guerra civil española.
En su portada puede leerse literalmente “Carnet de Racionista”, y merece una breve explicación, aunque también puede leerse en una de las fotografías de su interior que acompaña este comentario —omitimos, como es lógico, la página donde figura la fotografía y el nombre del simpatizante—. El movimiento “Amigos de la República Española” trataba de apoyar desde el exterior a los milicianos que combatían en la guerra de España.
Con el equivalente a 6 libras de carne, 5 kilos de harina, 5 kilos de maíz, 100 gramos de café, y 500 gramos de azúcar, podían alimentarse diariamente a 10 personas en el frente. Con una aportación de 0,31 pesos argentinos de la época podía alimentarse a un combatiente. En el caso de este “racionista» la aportación era de 3,1 pesos, lo cual equivalía a la alimentación de 10 milicianos.
Esa pequeña cartilla es ahora un recuerdo familiar de un español —ya fallecido hace muchos años— que en la España de aquellos años ya creía en la Democracia y en la República y que decidió marchar al extranjero. Justo antes de la guerra, esa persona estudiaba medicina en Santiago de Compostela y simpatizaba con los grupos más progresistas. En Santiago había pocos estudiantes —no todo el mundo podía costear una carrera universitaria— y allí se conocía todo el mundo.
En cierta ocasión, contó que un reducido grupo de simpatizantes fue a recibir a Azaña a la estación del tren cuando pasó por Santiago de Compostela. También contó que su compañero de habitación, cuando vivía en la santiaguesa calle del Franco (obsérvese la fotografía de la cédula personal), guardaba explosivos bajo la cama. Razones que motivaron sus discusiones familiares y su decisión de emigrar a Argentina, justo antes e que estallara la guerra, en el año 1935. Ojalá nunca se llegue a derramar sangre por esos principios ni tampoco precisar ayudas similares.