Por eso no resulta extraña la actitud del perro de la fotografía, asomado al balcón. No hemos llegado a saber si sólo se entretenía observando lo que acontecía en la calle, si estaba esperando a sus dueños, o, lo más probable, si estaba añorando el paseo. De cualquier modo, su actitud vigilante y tranquila demuestra que él también se siente de casa.