En este pequeño local de la Rúa Oliva, en el Casco Vello de Vigo, estaba ubicada una conocida farmacia que todo el mundo conocía como “la farmacia de Mario”, un gran profesional de trato cercano y muy agradable. Como quiera que en aquellos años el vecindario iba envejeciendo y mermando a un ritmo alarmante y el negocio apenas podía mantenerse, Mario decidió cambiar la farmacia de ubicación, concretamente, al entorno de Sanjurjo Badía. Tristemente, y al poco tiempo de mudarse, Mario falleció de repente, aunque su recuerdo sigue vivo entre las personas que le conocieron. Pero en el Casco Vello, ahora poblado con gente joven, nadie lo recuerda porque no llegaron a conocerlo.
Algo similar también ha ocurrido con otro local que está un poco más adelante, haciendo esquina con las escaleras, donde está un conocido restaurante. Allí estaba lo que se conocía como “la tienda de Dositeo”, y en la otra esquina, donde ahora está el pub “Plaff”, el local de Itos Domínguez, persona de muy agradable, emprendedora y con enorme personalidad. Precisamente, donde ahora está el “Plaff” estaba el bar de la familia Tejo.
La lista de esos locales sería interminable y entre ellos estaría el inolvidable bar de Carmiña y Senén, en la Rúa Palma. Senén, fallecido hace unos años, había sido el responsable de los equipos de emergencia de la Cruz Roja y la ciudad de Vigo sigue teniendo una deuda pendiente de reconocimiento por su labor altruista durante muchos años; en la Rúa Teófilo Llorente también estaba el bar Calixto, que había sido guardaespaldas de Frank Sinatra, y así hasta completar un larguísimo etcétera. Con el paso de los años, el barrio del Casco Vello de Vigo ha ido transformándose con grandes altibajos de ambiente. Todos aquellos establecimientos antiguos han ido desapareciendo para dar paso a nuevos negocios. Y de aquellos bares, tiendas y comercios de antaño, así como de los vecinos de toda la vida, ahora sólo quedan los buenos recuerdos.