La ciudadanía de la ciudad de Vigo va alzando su voz a favor de la conservación de los árboles urbanos. Las talas indiscriminadas y disimuladas con discutibles argumentos comienzan a ser algo preocupante. En algunos casos es cierto que sí existe peligro, pero resulta llamativo que de repente existan tantos árboles enfermos o deteriorados. A este paso también le llegará el turno al parque de O Castro, a la Alameda, al parque de Castrelos e incluso a la Guía, y, poco a poco, sin que casi nadie lo perciba, irán talando sus árboles más antiguos como si lo viejo fuera inservible y despreciable. Dónde se ha quedado el ecologismo que se pregona en las campañas electorales.