Eso sí, puntualmente agradecemos su sombra en verano, pero llegan incluso a molestarnos, por ejemplo, cuando los de hoja caduca cubren el suelo con una alfombra vegetal y a veces resbaladiza. Sin embargo, todos ellos constituyen unas pinceladas naturales que contrastan con el asfalto y con el cemento, y que necesitan los correspondientes cuidados.