El jefe político de la provincia de Vigo comunica a don Antonio Arias Teixeiro, diputado suplente, que, habiendo sido aceptada por el Gobierno la renuncia del titular don Juan Félix Osorio, deberá sustituirle y trasladarse a Vigo, para asistir a las sesiones de la Diputación Provincial. La situación de Arias Teixeiro era incómoda , pues había sido elegido por el pueblo pese a sus convicciones absolutistas, y en esta postura violenta se resistía a ejercer todo cargo político y a colaborar con el Gobierno liberal.
Desde A Ramallosa, donde residía, contestó alegando imposibilidad de cumplir lo que se ordenaba, a causa de su quebrantada salud, y añadió: «Con esta ocasión me parece oportuno ofrecer a la consideración de V.E. que mis íntimas relaciones de sangre con el Arzobispo de Valencia, extrañado de España por Real Orden de su Majestad, podrán tal vez servir de motivo al público para sospechar de mis intenciones en el desempeño del destino de Diputado de Provincia, comprometiéndose en tal caso mi opinión, y aún también en algún modo el honor de la misma corporación. Para evitar este y acaso otros inconvenientes, me parece oportuno que V.E. se dignase consultar a S.M. o a la Diputación permanente sobre la calificación de esta circunstancia”.
Fray Veremundo Arias Teixeiro, Arzobispo de Valencia, tío carnal de don Antonio, se había opuesto a que fuese leída y explicada la Constitución en las iglesias de su archidiócesis, con lo cual fue decretado su destierro de España, Don Antonio, con sutil habilidad, pretendía que el Gobierno conociese la existencia de este vínculo para que, sin necesidad de evidenciar él una abierta oposición se le exonerase del cargo o eximiese de concurrir a las juntas. Pero el jefe político de Vigo, don Ramón Losada, supo esgrimir también una hábil y comprometedora argumentación: “En cuanto a lo que V.S. expone de sus relaciones de sangre con el Arzobispo de Valencia pueden tal vez servir de motivo al público para que no tenga de V.S. la debida confianza y comprometer el honor de esta Corporación, debo decir a V.S. que cuando la misma le ha elegido para su representación, lo hizo bien convencida de que si dicho señor ha merecido el extrañamiento del territorio español, V.S., pensando como corresponde, detesta la conducta que produjo tal providencia…”
Ya no tuvo otro remedio Arias Teixeiro que refugiarse en el argumento de sus achaques, cada vez más justificados por certificaciones médicas, prescripciones de reposo, baños, etc. (Arch. Lib. Monterrey).
Lo cierto es que, hasta donde sabemos, Arias Teixeiro no asistió a las reuniones de la Diputación viguesa. Después, el famoso Jefe político Superior de Galicia, don José M.ª Puente, lo haría conducir a A Coruña, en unión de otros muchos absolutistas de toda Galicia, y sólo a última hora evitaría su deportación a Canarias, que padecieron la mayor parte de los encausados. Arias Teixeiro se refugió en Valença de Minho con otros familiares, entre ellos su hijo don José, futuro ministro de don Carlos, ilustre entomólogo, no vindicado aún por la ciencia gallega en la medida que su personalidad merece.
23 de julio de 1823. Xosé María Álvarez Blázquez. «La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo» (Editorial Monterrey, 1960).