Los ascensores de antes eran auténticas obras de arte donde se conjugaba los avances del momento con la delicada manufactura de una caja de madera y cristal muy cuidada en todos los detalles decorativos, como puede apreciarse en esta fotografía, formando un conjunto muy agradable. La cabina del ascensor se desplazaba, normalmente, por el agujero central de las escaleras, e iba encerrado en el interior de una estructura con puertas metálicas plegables en cada piso. Su velocidad era mucho más lenta que la de los ascensores actuales. Su velocidad era la propia de una época donde casi nadie tenía prisa por llegar, y por ese motivo la cabina iba provista de un asiento para facilitar la comodidad del usuario. En la ciudad de Vigo existían varios ascensores de este tipo, uno de ellos en el edificio que ocupa actualmente el Hotel NH, en la Avenida García Barbón, y que con gran acierto conservan perfectamente en uno de sus rincones más destacados.