Luego recordaremos el estío y la playa, con los más pequeños de la casa correteando de un lado para otro, saltando y gritando, con el calor agobiante y los horarios relajados frente a la rutina diaria del resto del año…, en fin, el verano es una época para soñar, para soñar despiertos, para recordar y para añorar. Y el atardecer que muestra la fotografía ayuda a recordar el estado de ánimo en el que volveremos a ver de nuevo, en invierno, el verano como una época de escape y de ensueño.