Al fin y al cabo, ese recorrido por los lugares habituales viene a ser el periódico de los perros, un medio mediante el que se enteran de quienes han pasado, si ha llegado alguien nuevo al barrio, o si algún amigo —o enemigo— tiene alguna dolencia; son cuestiones de un olfato muy desarrollado que funciona como un método de percepción, algo a lo que no llegamos los humanos.