El tiempo pasa tan rápido que los ciudadanos que peinamos canas casi no recordamos aquellos primeros autobuses que sustituyeron a los añorados tranvías. En los años cincuenta y sesenta del pasado siglo XX los autobuses eran incómodos y ruidosos, con un intenso olor a gasoil que contribuía al mareo de los pasajeros. Algunas compañías de autobuses hacían el servicio con las poblaciones cercanas y con Santiago de Compostela, Ourense, Coruña y con Lugo.
En la Rúa María Berdiales, donde ahora existe un supermercado, estaba el Bar Valeije, que era la base de los autobuses de la empresa Ojea, que hacían el servicio con O Porriño y Ponteareas. En la Avenida García Barbón, a la altura del número 41, donde ahora existe un establecimiento hostelero, estaba la base de la empresa Castromil, que utilizaba a menudo el pintor Laxeiro cuando viajaba a Lugo.
Pero también existían otras empresas similares, como Raúl y Los Rusos. A su vez, algunos colegios privados también tenían sus propios autobuses. Por ejemplo, quienes hayan estudiado en el colegio Apóstol Santiago (Jesuitas) aún recordarán los autobuses, uno al que llamaban “Verde” y otro que era conocido como el “Leylan”. Y todo esto viene a la memoria al ver ese autobús que circulaba por la Gran Vía hace unos días y que muestra la fotografía.