Realmente es una flor de gran belleza, pero antes de que la calle fuera bautizada ya existía una romántica sugerencia que aceptó con agrado toda la ciudadanía de Vigo: “Avenida de Beatriz”. Todo surgió con una pintada que apareció en una piedra de lo que entonces era una calle aún incipiente. Incluso existe algún testimonio gráfico que da buena cuenta de ello, con la mencionada inscripción en una gran piedra sobre el túnel que cruza la Rúa Ourense, cuando lo que hoy es una de las principales arterias de la ciudad sólo era un conjunto de fincas, el colegio Labor, el colegio de las Teresianas, el entonces Hospital Municipal (actual “Hospital Nicolás Peña”), y algunas grandes casas unifamiliares que ya han desaparecido en su mayoría. Sería un gran acierto por parte del actual gobierno municipal retomar aquel deseo romántico y popular. Además, en un momento en el que la mujer reclama el protagonismo que realmente le corresponde y que se le ha estado negando durante siglos, serviría para adjudicarle una calle en una ciudad en la que la mayoría tienen nombre de hombres. Sería muy justo. Y también muy romántico.