La nueva Ronda de Don Bosco, en la ciudad de Vigo, acaba de ser inaugurada hace pocas semanas. Realmente ha sido un éxito porque han quedado unas gradas escalonadas con bancos que le confieren una nueva imagen, y las terrazas de los locales hosteleros han quedado protegidas por unas pérgolas de madera. Asimismo, se ha habilitado un carril para el tráfico rodado, delimitado por bolardos que se iluminan a la noche.
Todo muy bien, pero algunos de esos bolardos aparecen envueltos en su mitad con cinta adhesiva, como si el dispositivo hubiera resultado averiado, golpeado o hubiera presentado algún defecto y no tuvieran las piezas de repuesto. La fotografía da buena cuenta de lo que hablamos, es algo que resulta sorprendente al poco tiempo de su inauguración.