Todo el mundo quiere inmortalizarse a su lado realizando un autorretrato, eso que ahora, en lenguaje moderno y tecnológico, se llama selfie. Sea como fuere, lo cierto es que el Dinoseto constituye un atractivo turístico y un punto de referencia para nativos y foráneos, y a partir de ahora ya no estará solo. Queda pendiente bautizarlo con un nombre adecuado, una misión que el alcalde, Abel Caballero, ha encomendado a la ciudadanía viguesa. Desde aquí también hacemos nuestra propuesta: “Babyseto”, una nombre que recuerda su origen y que indica, al mismo tiempo, su menor tamaño, pero sin perder la importancia que le corresponde.