Porque la luz del sol influye en el estado de ánimo e incluso en la vida cotidiana y para ejemplo está Andalucía y las islas Canarias, donde la alegría y el optimismo se encuentra en todos los rincones, frente a la tendencia melancólica de las tierras del norte. Pero la lluvia también es necesaria para la vida y llegará algún día, quizá no muy lejano, en el que el agua potable sea más valiosa que el petróleo. Cuando llegue ese momento, Galicia será una tierra enormemente rica, pero quizá entonces el agua ya esté privatizada y sea necesario pagar un canon, por ejemplo, por el hecho de bañarse en el río. Mientras tanto, Galicia seguirá, de vez en cuando, ocultándose del sol bajo el manto gris de esas nubes que amenazan con descargar su tristeza.