Este hombre es uno de los músicos callejeros que ponen la banda sonora en la Rúa do Príncipe de la ciudad de Vigo, la más comercial y concurrida. Interpreta el blues de una manera muy agradable, pero no es el único que deleita el paseo con su música.
En diferentes ubicaciones también realizan sus interpretaciones algunos cantantes y guitarristas —-ya sea con guitarra acústica o eléctrica—-, algún percusionista, y algún bailarín de música moderna.
Muchos de los viandantes reconocen el arte de estos músicos depositando monedas en la funda de sus guitarras, en su maletín o en su escudilla, un arte que, en algunos casos, nada desmerece del de otros intérpretes de fama reconocida.