En muchas ocasiones algunas personas los vuelven a aprovechar, reciclándolos, porque la imaginación nunca tiene límites para darle un nuevo uso. Por eso no resulta extraño que alguien que pasaba junto a la bañera con esa silla en su interior, que se observa en la fotografía tomada en una céntrica calle de la ciudad de Vigo, le comentó en voz alta a su acompañante que esas dos cosas quedarían muy bien en su casa y que incluso podrían servir para un baño de asiento. Por desgracia, no llegamos a saber cuál fue el verdadero destino de la bañera y de la silla porque al volver a pasar por allí ya no estaba ninguna de las dos cosas.