Un coleccionista de recuerdos de la ciudad de Vigo nos hace llegar una serie de posavasos de cafeterías antiguas. También incluye el de algún restaurante y el de una discoteca histórica cuyo nombre ha ido cambiando con los tiempos. En esa muestra de su colección se puede apreciar, por ejemplo, el posavasos del Aero Club, en la Rúa Reconquista, exclusivo para socios y que tenía a la entrada, después de subir unos escalones, una preciosa hélice de madera de una avioneta. También tiene el del Hotel Bahía, que aún existe.
El de la cafetería Coral es histórico y aún está funcionando en la Rúa Ecuador, frente a El Corte Inglés, pero el posavasos es de una época anterior a los grandes almacenes, cuando en ese mismo solar había una finca enorme con una casa y, un poco más adelante, estaba el desaparecido cine Ronsel, donde actualmente está el Colegio Médico. También vemos el de El Castillo, que era un restaurante que estaba construido al lado de las murallas del Castro y que fue derruido hace unos años para preservar el patrimonio.
El Hotel Niza estaba en la Rúa María Berdiales y en su lugar existe ahora otro hotel; en la cafetería del Hotel Niza eran notables sus pinchos de tortilla, cuyo espesor era gigantesco. El JosFranc´s, que ahora ya es otro bar con otro nombre, tenía las ventanas redondas y estaba al final de la Rúa Laxe, muy próximo a un establecimiento histórico dedicado a la fotografía: Vigo Foto, ya inexistente. Gales era un pub que ya no existe y que estaba al otro lado del mencionado establecimiento, Vigo Foto, y estaba separado del Hotel Bahía por una calle adoquinada.
Otro posavasos corresponde a Lord Byron, que era un pub ya inexistente en la Rúa Padre don Rúa, cuando esa calle estaba sin desarrollar. Oliver era una discoteca histórica por la que pasaron generaciones de viguesas y de vigueses; cambió de nombre y de ambiente varias veces, sin embargo, aquel Oliver de los años setenta, con dos pistas, una de música lenta arriba y otra de música movida en el sótano, todavía permanece vivo en la memoria de Vigo. Son recuerdos populares de un Vigo que crece imparable y que se ha ido llevando la mayoría de todos esos lugares, sin compasión.