Así, con nombre propio. Hubo un tiempo en que las peluquerías eran un espacio de relación y socialización importantes. A la peluquería se iba no sólo al corte de pelo y al afeitado sino incluso de visita más o menos frecuente.
Así me lo cuento Braulio y así lo podemos recordar todavía muchos entre nosotros.
La peluquería era lugar de socialización y encuentro si cabe más que la tienda y el bar al que se acudía a charlar con el vecino y donde el peluquero ejercía de oficiante máximo.
En la peluquería se hablaba mucho de fútbol y de política y aún se habla, me cuenta Braulio, sobre todo de política municipal y de barrio, a favor y en contra de los mandamases. También en tiempos, más que ahora, era quiosco donde poder ojear y comentar en nuestro caso el Faro de Vigo y alguna revista, sin coste alguno.
Braulio Gómez tiene su peluquería allá por donde fuera el antiguo concello de Lavadores, que presidiera el socialista Xosé Antelo. Braulio, procedente de las tierras del concello de Teo, de Calo, tiene ideas progresistas que sabe argumentar muy bien, es afable y gran conversador, al tiempo que maneja con maestría las herramientas de su oficio. Gana con facilidad la amistad de sus clientes y vecinos y la fidelidad a su origen le impone gustosamente el mantener y atender el servicio de peluquería en Calo los sábados.
Su familia tuvo por dedicación la tienda y el bar, tal vez fuera esta condición la que formara su carácter en eso que antaño decíase don de gentes. Entre otros vecinos de Calo tenemos evocado a las hermanas del destacado dirigente sindical y comunista Enrique Lister Forxan, aquellas de profesión leiteiras, que se acercaban a Santiago de Compostela al reparto y venta de su mercancía.
Braulio Gómez Sande lleva en las proximidades de la peatonal del Calvario un septenio, arreglando cabezas, cuando menos por fuera, que por dentro ya es otro cantar, aunque su magisterio didáctico en la opinión razonada, no exenta de humor, también pudiera ayudar en esto último.
Mientras tanto nos arreglamos los cabellos que van quedando y disfrutamos de la conversación y de la amistad.
Braulio Gomez Sande va haciendo el paso del tiempo más liviano con su oficio.