Incluso se utilizaba la caja de las mantecadas de Astorga para hacer un barco de piratas y el bote de Cola Cao para hacer la casa de Robinson Crusoe, el caso era dejar volar la imaginación libremente. Pero actualmente no queda mucho espacio para dejar volar la imaginación; todo viene hecho. Incluso los barcos piratas vienen diseñados por piezas para que se puedan montar sin dejar espacio para las variaciones que cualquiera pudiera considerar. Todo viene hecho. Y quizá por eso el caballito mexicano ha terminado abandonado junto a un árbol, seguramente porque el pequeño propietario ya no era capaz de imaginar ningún juego capaz de satisfacerlo.