La estampa resulta habitual en cualquier entorno rural. Pero lo llamativo es que la fotografía está tomada en las inmediaciones de la ciudad de Vigo, concretamente en el barrio de Valadares, en la falda del monte Alba. La parroquia de Valadares es una de las mayores parroquias de la ciudad y allí todavía se conservan esas características que nada tienen que ver con el asfalto y con los edificios altos. Todas las casas son unifamiliares y rodeadas de pequeñas fincas, con galpones y con animales domésticos, y todo el mundo se conoce, aunque la población se aproxima a los seis mil habitantes. Así es, que ese caballo está paciendo tranquilamente junto a la carretera, acostumbrado al tráfico moderado que discurre por los caminos del barrio.