«Se sospechaba que algunos franceses y afrancesados, vestidos con uniformes nacionales, trataban de hacerse pasar por tales y aún introducirse audazmente en las filas patrióticas. Cachamuiña, advertido de ello, dicta desde Vigo esta orden:
“D. Bernardo González, capitán de granaderos de la división de Galicia, comisionado con amplias facultades por el Excmo. Sr. General en jefe del Ejército de la Izquierda, el señor Marqués de la Romana, gobernador político y militar de la plaza de Vigo, comandante de armas de la citada plaza, sus fortalezas y castillos:
“Hago saber a la jurisdicción de Tui y su procurador general, que en el preciso término del segundo día hagan presentar en esta plaza a todos los conscriptos, soldados de reserva y extraviados del ejército, de su domicilio, con las armas que tengan y las más que haya, de fusiles que se hallen en poder de sujetos que no hagan uso de ellos, estrechándoles por todo rigor bajo las penas que rigurosamente se les impondrán y confiscación de sus bienes; y a los que se ausenten se precisará a sus padres su presentación bajo la misma pena de confiscar sus bienes y a los que le oculten en sus casas, dando cuenta dicha justicia de cualquier omisión. Entendiéndose que, en el caso de hallarse algún soldado de reserva o extraviados en algún cordón, se le comunicará orden para que se presenten y de no hacerlo partirá un oficial con tropa a su costa”.
Por esta orden comprobamos, una vez más, las amplias facultades que el Marqués de la Romana confiriera a don Bernardo González, un simple capitán de Granaderos, pero cuyo temple y energía merecía la confianza de sus jefes, mientras sus émulos, especialmente García del Barrio, trataban de minar su autoridad».
15 de abril de 1809. Xosé María Álvarez Blázquez. «La Ciudad y los Días. Calendario Histórico de Vigo» (Ediciones Monterrey, 1960).