Este sobre de azúcar constituye una reliquia conservada por un vigués que, al cabo de más de treinta años, sigue añorando aquellas cafeterías del Vigo de los años sesenta y setenta del pasado siglo XX que por diferentes motivos ya han desaparecido. Esa reliquia viguesa corresponde a la Cafetería Príncipe, que estaba ubicada en el número 48 de la calle del mismo nombre, casi al lado de los desaparecidos Almacenes Príncipe, junto al actual Museo Marco. Obsérvese, como anécdota, que el número de teléfono incluso carecía del prefijo provincial y que tenía únicamente seis dígitos. La Cafetería Príncipe era una cafetería con una barra en forma de letra U y atendida con gran eficacia y amabilidad por el dueño y dos de sus hijos, además de algunos otros camareros. El servicio era muy profesional, realmente impecable. Estaba frecuentada, sobre todo, por los empleados de los comercios de la zona y quienes la han conocido la recuerdan con muy buen ambiente.
Además de esta cafetería también debemos recordar Flamingo, que estaba anexa al edificio de lo que ahora es el museo Marco, ocupando la Rúa Londres —que antes era un simple callejón—, y en la que había una sala acristalaba que ocupaba la parte derecha de la fachada del museo, en la que a ciertas horas del día había música en directo. También debemos recordar, entre otras muchas cafeterías y bares, la Cafetería Strómboli, en lo que se conocía como el Callejón del Fraga. Sin olvidar la cafetería que estaba a la entrada del cine Fraga y un mesón que había debajo. No se puede olvidar, tampoco, La Cueva, en la Rúa Velázquez Moreno, bajo la Papelería Española, ya desaparecida, que hacía esquina con la Rúa Príncipe frente al desaparecido —y llorado— Círculo Mercantil —que ahora es la sede del Club Celta—. La lista de cafeterías y bares de aquella época que han desaparecido resultaría interminable: O Buraquiño, Trébol, Acuario, Miami —con su espectacular ensaladilla que era prácticamente de patata—, Mimosa, y un amplio etcétera. Recuerdos urbanos que ya son historia.