En el siglo XXI, el camino pasa inadvertido en medio del bullicio de las calles adyacentes, pero no ocurría así para quienes vivían en su entorno en otros tiempos, en las primeras décadas del pasado siglo XX. Era un lugar de paso y, además, a mitad de camino existía una importante granja donde vendían leche al vecindario. Hoy, muchas personas no imaginan una época en la que la leche no se comercializaba en las tiendas y los supermercados, sino que eran las lecheras las que la repartían por las casas llevando los cántaros sobre sus cabezas o, en su defecto, había que recogerla en las vaquerías, como es el caso que comentamos. Hablamos de unos tiempos en los que no existía la Gran Vía ni la Plaza de América, y el barrio de Coia, tal como hoy lo vemos, era un gran conjunto de fincas y aún estaba por desarrollar. Existían, en cambio, los tranvías, cuyas cocheras ocupaban el solar donde hoy tiene su inicio la Avenida de Castelao.