Además, la vida moderna no permite demasiado espacio en las viviendas, de tal modo que los diseñadores, obligados por esas necesidades, se ven obligados a buscar el sentido práctico de las cosas haciéndolas polivalentes. Así es, que un mismo carrito puede valer, además de transportar la compra, para llevar al niño cuando está cansado de caminar, o simplemente para cumplirle el deseo de hacer el paseo diario con una comodidad que ya quisiéramos nosotros, los adultos.