En ellas se indica, como puede leerse, que la construcción fue llevada a cabo con subvenciones del Estado y que, por lo tanto, estaban limitadas en sus alquileres y en sus condiciones de reventa durante una serie de años. Todo esto suena bastante extraño para las personas jóvenes en unos momentos en los que el trabajo y la vivienda son un auténtico problema, puesto que este tipo de subvenciones para construcciones de renta limitada correspondía a la época predemocrática. Posteriormente, y de modo esporádico, siguieron existiendo subvenciones similares, sin embargo, la gran diferencia con aquellas promociones que antaño ocupaban fincas urbanas en las calles principales, en la actualidad suelen llevarse a cabo fuera de los cascos urbanos o, en el mejor de los casos, en su periferia, donde el suelo es mucho más barato.