Concretamente en el llamado Barrio do Cura, que continúa con la interminable espera de su remodelación, existen algunas casas que vivieron de cerca muchos cambios de la zona portuaria. Los pescadores guardaban sus barcas en los soportales que aún bañaba el mar, cuando eran impensables los rellenos posteriores que han alejado la orilla tal como la vemos en la actualidad. Eran casas nobles e importantes y alguna de ellas, según cuenta algún observador anónimo, todavía guarda la entrada de un túnel secreto de acceso al Castillo de San Sebastián. Hablamos de otros tiempos, cuando la Rúa Pi y Margall era la antigua carretera de Baiona, cuando el actual barrio de As Travesas quedaba totalmente alejado del núcleo urbano, cuando en el Paseo de Alfonso XII no existían construcciones que obstruyeran notablemente la vista del mar, como ocurre en la actualidad. Lo cierto es que Vigo ha ido cambiando demasiado deprisa y sin demasiado respeto a la razón, seguramente en base a intereses personales vinculados con el dinero. Lo destacable es que en medio de tanta sinrazón aún quedan algunas de aquellas casas cargadas de historia.