El 15 de septiembre de 1971, el Celta se convertía en el primer equipo de Galicia en disputar una competición europea. Su rival era el Aberdeen escocés, un campeón que ya atesoraba grandes jugadores, aunque faltaba una década para su edad dorada, en la que ganaría la Recopa de Europa ante el Real Madrid. Los celestes cayeron con demasiada inocencia en aquella primera incursión en la copa de la UEFA.
Porque el Celta había sido el equipo revelación en el campeonato anterior e iniciaba aquella temporada 1971-72 con toda la ilusión posible. La directiva aprobó un presupuesto de casi cuarenta millones de pesetas y se logró mantener al bloque que había deslumbrado en la Liga en los últimos meses. Además, los partidos de preparación invitaban a la esperanza. En el Trofeo Ciudad de la Línea, habían goleado por 3-0 al Dynamo de Bucarest, aunque se perdió la final con el Rapid de Viena. Y, el 15 de agosto, en la presentación del equipo en Balaídos, los vigueses vencieron 2-0 a un rival propicio: el Olimpija yugoslavo. Más tarde, en el Ciudad de Vigo, se ganó al Pontevedra, pero los locales cayeron 2-1 ante el Panathinaikos, qiue se llevó de vuelta a Grecia el trofeo descomunal de la ‘V’, el castillo y el olivo, además de 800.000 pesetas por participar en el torneo.
Evidentemente, la afición dio a estos duelos su valor relativo de pretemporada, pero cuando empezó la Liga parecía que el Celta volvía a tener el mismo equipazo engrasado que el año anterior. En el primer partido, ganaron al Atlético de Madrid en Balaídos por 2-1, y en el segundo, se arrancó un empate, y un “positivo”, al Betis en el Benito Villamarín. Por eso la gran decepción llegaría precisamente con el Aberdeen en la UEFA.
Días antes del partido aparecieron anuncios en prensa: “¡Viaje a Escocia con el Real Club Celta! Vuelo en reactor directo desde Santiago”. En las oficinas del club podía formalizarse la inscripción, que incluía la entrada para el partido de vuelta, todo al precio de 8.500 pesetas por persona.
“Las puertas del fútbol europeo a nivel de Copas se abren para Galicia. Este año, por primera vez en el historial de las tres competiciones europeas, un equipo de nuestra región se codeará con lo más granado del fútbol continental”, proclamaba El Pueblo Gallego el día antes del primer encuentro en Balaídos. “He leído que el Celta ha sido el equipo sorpresa de la Liga española”, comentaba el entrenador escocés, míster Bonthrone, en la rueda de prensa previa, en la que se mostraba muy convencido: “De cualquier manera ganaremos. La eliminatoria es nuestra. Lo repito: intentaremos ganar fuera y luego en casa”. El Aberdeen, que llegó el día anterior, fue recibido en el ayuntamiento por el alcalde y la plantilla escocesa paseó luego por el centro de la ciudad.
Pero ese miércoles la decepción fue mayúscula. Con poco más de media entrada en Balaídos, el Aberdeen vencía por 0-2, con dos tantos en la segunda parte y el público salía del estadio en silencio, decepcionado. “¿Y qué hacía el Celta? No intentó otra variante que el pelotazo a la olla, a favor de todos los defensores escoceses”, escribía el cronista en El Pueblo Gallego, “en la presentación a nivel europeo: mal. Sin atenuantes”. No se escatimaron críticas al entrenador, en grandes titulares: “En competiciones oficiales, seriedad ante todo: ¡No se pueden probar jugadores, señor Arza!”.
“Nosotros jugamos al ataque, con un defensa escoba”, dijo por su parte el técnico escocés tras el partido: “Ahora, vamos a intentar ganar allí. Sólo está hecha la mitad del trabajo”.
En la vuelta en el mítico Pittodrie Stadium, un coliseo que había sido fundado en 1899, el Celta mejoró pero tampoco pudo evitar la derrota. Los celestes formaron con Alarcía, en la portería; y Pedrito, Rivas, Navarro, Manolo, Domínguez, Lezcano, Juan, Rodilla, Almagro y Suco. El árbitro fue el danés K. Wahlem. Y Alarcía comenzó como héroe, parando un penalti lanzado por Joe Harper nada más comenzar el partido, pero fue batido en el minuto 89 por el mismo jugador, quien por cierto sigue siendo en la actualidad el máximo goleador histórico del Aberdeen, con 199 goles en 300 partidos.
“El resultado no refleja lo sucedido esta noche. El conjunto español ha merecido el empate”, afirmaba la crónica del partido que puso fin a la primera participación del Celta en una competición europea.
El Aberdeen, por su parte, no avanzó mucho más en el campeonato. Aún faltaba una década para su época más gloriosa, cuando ganó la Recopa de Europa, dirigido por sir Álex Ferguson, en la final de la Recopa disputada frente al Madrid dirigido por Di Stefano y en el que jugaban Stielike, Camacho, Juanito y Santillana. Más tarde ganarían también la Supercopa ante el Hamburgo. Pero esto es historia del equipo rival. La del Celta finalizó el miércoles 29 de septiembre de 1971 en un partido de la Copa de la Uefa en la fría Escocia.
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