Vigo tiene fama de ciudad trabajadora y quizá por eso no deba resultar extraño que al cerrar los comercios las calles queden prácticamente desiertas. No es la única ciudad donde ocurre esto. Sin embargo, en poblaciones de menor población, por contra, existe mucha más vida. Pongamos como ejemplo la cercana Pontevedra, donde hay muchísimo ambiente en las calles y plazas incluso a horas no comerciales. Lo que también resulta curioso de Vigo es que en las mañanas de los días festivos no se madruga y los barrios parecen prácticamente vacíos. Será porque es una ciudad muy trabajadora que madruga todos los días de la semana y los festivos los necesita descansar. La fotografía, tomada a media tarde de un domingo, refleja este vacío ciudadano que comentamos.