Casi todas ellas tienen vistosos colores que alegran las plazas y las calles. Sirva como ejemplo de transformación urbana el conocido como cruce de Peniche, en la confluencia de la Rúa López Mora, la Rúa Pi y Margall, la Rúa Tomás Alonso y el Camiño dos Pazos. En este cruce existían unas pequeñas casas de planta baja y primer piso, en las que antaño hubo un control del “fielato” —-donde controlaban los alimentos que entraban y salían de la ciudad—-, y también un pequeño bar.
En la fachada de esas casas lucía una bellísima placa de cerámica en color con el nombre de la Rúa López Mora. Cuando se demolieron aquellas casas para construir la pequeña plaza actual, la placa fue rescatada y acertadamente ubicada sobre un soporte al inicio de la mencionada calle. La nueva plaza, que forma conjunto con el cruce de Peniche, fue bautizada como “Praza da Aperta” por su diseñador, el pintor Antón Pulido, y hoy es uno de los lugares con mayor colorido de la ciudad de Vigo.